Es triste, incluso asqueroso reconocerlo, pero a veces los asesinos más sanguinarios se convierten en estrellas del rock. A muchos les ha pasado que, una vez detenidos y enchironados, consiguen el ‘reconocimiento’ que nunca tuvieron en libertad y acaban recibiendo cartas de admiradores e …
Artículo solo para suscriptores
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
購読者