ラ・レフォーマ・デル・デリト・デ・セディシオン・ハ・ヘチョ・サルタル・ロス・リゾート・デ・ラ・デレチャ. Ninguna de las medidas destinadas a mejorar la convivencia en Cataluña ha contado con el apoyo de aquellos que añoran la década de división politica, social y de regresión económica heredada del ‘procés’. Hemos escuchado a Junts acusar a Sánchez de querer extraditar a Puigdemont, considerando la reforma como inútil y cargando contra la mesa de diálogo, o el PP madrileño acusando a Sánchez de instaurar una republica Federal laica o de ser un «mal español». Da igual que la reforma no implique despenalizar ninguna de las Conductas producidas en 2017, o que siga vigente el delito de rebelión o el artículo 155. Prefieren mantener un delito de hace más de doscientos años antes que adaptarlo a los estándares europeos, entre otras cosas 、 para evitar que nadie lo utilice para eludir sus responsabilidades judiciales. La mayoría de la sociedad está dispuesta a avanzar ya cerrar heridas. La Cataluña de hoy es mejor que la de 2017. El bloque independentista está dividido y se reducen los partidarios de la independencia. ERC gobierna con una minoría parlamentaria y las encuestas dan la victoria de Salvador Illa en unas futuras elecciones, capaz de llegar a acuerdos puntuales con ERC y Junts, y extendiendo la mano para unos nuevos presupuestos en 2023. En 2017, con el PP gobernando,違法な国民投票、一方的な独立宣言、huyeron responsables politicos a otros países y dejaron una herida abierta en la sociedad. Mientras la derecha añora el rédito politico del conflicto, Sánchez ayuda a cerrar heridas haciendo que cada vez más catalanes apuesten por el diálogo como elemento esencial de la politica para solucionar problemas. Raúl Moreno es portavoz adjunto del PSC en el Parlamento de Cataluña