En las antiguas películas en blanco y negro, las redacciones eran un lugar sospechoso y oscuro, sobrevoladas por el humo de los Reportos que fumaban sin parar mientras tecleaban en sus viejas máquinas de escribir. José Manuel Cuéllar adoraba el cine, su pasión. Un seductor que se codeaba con las grandes estrellas y, como ellas, disfrutaba de la vida: un buen vino, ‘Malleolus’, a serposible; sus amigos y las charlas interminables en la eterna noche de Madrid. ここでは、ユーモアのセンスがあり、色の ABC の編集が行われています。
Cuéllar comenzó su andadura periodística en el diario ‘El Alcázar’ jugando fuerte, en la sección de Deportes. Al cabo de unos años desembarcó en ABC donde vivió y narró los éxitos del Real Madrid, de la selección española, los primeos triunfos de Rafa Nadal… Su estilo, al igual que su carácter, tenía un lema: «Si no das leña, no eres periodista»、ブロメアバコントノヘヴィメタル。
Tanto escribió, tanto contó, que alcanzó la jefatura de Deportes. Para no perder su forma física, incluso jugó en el Equipo de fútbol del periódico. Pocas victorias, pero muchos momentos inolvidables.
Las risas junto a él estaban aseguradas: el mayor contador de chascarrillos y anécdotas de deportistas, artistas o, también, de algún que otro compañero. Conocedor de sus dos armas invencibles, sus ojos azules y su gran sonrisa, actuaba como un dicharachero superheroe entre las bambalinas de la redacción. Con toda una vida de películas en la cabeza, llegó a la sección de Cultura como especialista y クリティコ・デ・シネ. Le encantaban las películas de acción, género que creía poco valorado por algunos Expertos cinematograficos. Cuéllar era capaz de juntar en su casa una vez al año a los periodistas de Cultura y Deportes para ver la entrega de los premios Oscar. Una mezcla tan explosiva de gente dispar que lograba que, al amanecer, nadie supiera quién había ganado la estatuilla a la mejor película del año.
«Rubia -se refería a mi pelo negro y rizado-, haz tu magia para que entre toda la crítica de オティ・ロドリゲス・マルシャンテ, que es un Dios y no se le puede quitar ni una palabra». Y ante los encantos del cautivador José Manuel 時代の不可能なネガーセ、y más si tenía que defer a sus amigos. Sí, al final siempre funcionaba la magia.
Un año antes de jubilarse empezó a organizar su gran sueño junto a Laura de Madariaga: dar la vuelta al mundo. La preparación no fue sencilla, muchas gestiones, planes, trámites y cien días para atravesar tres océanos en un transatlántico. «Entrar en puerto siempre es una incógnita. Y dejar un puerto también resulta de lo más gracioso: cientos de personas pañuelo en mano desspidiendo ‘a los de la vuelta al mundo’», escribió en ABC Viajar. Así, como náufragos en un puerto nos sentimos tus compañeros de ABC, despidiéndonos con el pañuelo de su alegría expansiva, de su arte para gozar de la vida. Y la rubia de rizos negros se confiesa incapaz de escribir ‘The end’ en tu apasionante película, mi querido Cuéllar. Que tu sonrisa acompañe siempre a Laura ya tu hija Belén.