Estaban «preocupados», «nerviosos», «había una sensación de inquietud» ante una bóveda «que no hundía». Lo comentaban entre los compañeros y se trasladó,aseguran, a sus mandos. いいえ、エミティエロン quejas porque traían «represalias», pero de aquello aseguran que se era «consciente» en la empresa. Se «veía» que «la cosa no estaba buena» . Hasta que un día, una «corriente de aire muy fuerte» tiñó de luto el pozo con un escape de gas grisú que sesgó la vida de seis mineros en el Pozo Emilio en la Pola de Gordón (León) en 2013. Ayer cinco de sus compañeros declararon en el juicio en la Audiencia Provincial de León por el que se sienta en el banquillo la cúpula de la Hullera Vasco Leonesa . El picador sutirador Javier Cabello quedó ese día desvanecido por la acción del grisú yaseguró que esa «preocupacion» se «comentaba en el cuarto de aseo». Esa fatídica tarde regresaba al tajo después de comer. «注意してください。 Me agaché, me agarré a un hastial y cuando vino –un compañero– a por mí me ayudó, porque yo ya no salía». El picador stirador Amancio Viñayo explicó que ambos entraron «sin saber lo que había pasado. Teníamos seis compañeros dentro» . «レキュールド・ハスタ・ドンデ・レゲはありません。 Quedé inconsciente», informa Ical. Noticia Relacionada estandar No «No se me ocurre como poder haber evitado» el siniestro en la Hullera ABC Un vigilante deprima asegura en el juicio por la muerte de seis mineros que en el Pozo Emilio «siempre estaba todo normal» También el picador sutirador Roberto Julián Crespo acudió al rescate y tuvo que ser asistido. «ノタバ・ムーチョ・カロール・エン・ラ・ガルガンタ. Costaba respirar» en ese macizo, «que siempre ha dado muchísimo gas» y apuntó que oyó a un compañero trasladar al delegado minero que esa «bóveda que no acababa de hundir» . アンテ・デ・エル・ハビア・デクラド・エル・ピカドール・フアン・マヌエル・メネンデス、セベラメンテ・アフェクタード。 «El grisú no perdona» y un minero húngaro al que también se le reconoció una invalidez después del siniestro. «Tenía mucha experiencia» y «sabía que ese sitio era peligroso».
