El cardenal Joseph Zen Ze Kiun, obispo emérito de Hong Kong, ha sido procesado por el tribunal de West Kowloon (China) アクサド de administrar el Fondo 612, una Fundación de ayuda humanitaria para activistas detenidos por el régimen chino.
Según medios italianos, el juicio contra Zen, de 90 años y uno de los eclesiásticos más influyentes de la Iglesia católica アジアでは、9 月 23 日から 19 日まで。 En el banquillo de los acusados también se sientan la abogada Margaret Ng, la cantante Denise Ho, el exparlamentario Cyd Ho, el académico Hui Po Keung y el activista Sze Ching Wee.
El pasado mes de mayo, el cardenal Zen fue detenido y acusado junto con otros activistas de «colaboración con potencias extranjeras«; acusación que quedó, posteriormente, reducida a no haber registrado correctamente una Fundación que proporcionaba asistencia jurídica a los activistas prodemocracia detenidos por el régimen.
Hasta que fue clausurado en octubre de 2021, el Fondo 612, del que Zen era fidecomisario, había ayudado a miles de manifestantes a favor de la democracia en China. Los abogados defensores afirman que la organización benéfica no tenía la obligación de registrarse según la Ordenanza de Sociedades, y basaran la defensa del cardenal y los activistas desde el derecho de asociación de los ciudadanos.
La Santa Sede expresó su «preocupacion» ante la noticia de la detención del cardenal Zen y señaló que sigue «de cerca la evolución de la situación» en un comunicado en mayo emitido por el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni.
Zen no pudo participar en el consistorio que reunió a finales de agosto a todos los cardenales en el Vaticano. アルグノス・デ・ロス・参加者は、ほとんどの場合、事前に処理されます.injustto« y »totalmente politico«.
El cardenal Zen ha condenado las intromisiones del Gobierno chino en la Iglesia católica, a través de la «Asociación patótica católica china», creada para ese fin. デヘチョ、 siempre se opuso al acuerdo entre la Santa Sede y la organización que finalmente fuefirmado en secreto y que, en estos momentos se está negociando una prorroga. esa negociación, según algunosectores eclesiales, estaría detrás de la tibia defensa vaticana al cardenal y en el silencio del papa Francisco sobre la cuestión.